domingo, 28 de febrero de 2010

DOS ENUMERACIONES

Con éstas dos empiezo a rescatar algunas de mis 'antigüedades versificadas'...
La verdad es que no hay truco más sencillo a la hora de escribir versos (sobre todo, si te quieres ceñir a un ritmo, rima y métrica determinadas/os y te cuesta al principio) que establecer enumeraciones (si no, que se lo pregunten a Sabina).
Aquí van un par de ejemplos...
Éste primero es un retrato (que pretende resultar irónico y que, quedándose a medio camino, termina tiñéndose de cierta ingenuidad) de lo que me suele ocurrir casi cada noche a la hora de acostarme y que escribí allá por 2002 o 2003.
Se titula 'Cómo Lleno Mis Insomnios' (para qué gastar tiempo pensando un título menos evidente) y dice así:

Pensarme algunos versos,
comerme la cabeza,
dar vueltas en mi cama,
dudar de mi existencia,
llorar, soñar despierto,
no sé, ¿leerme un libro?,
pensar en cuántas horas
podría haber dormido,
fijarme en los reflejos
que inundan la pared,
reírme a carcajadas
(no preguntéis por qué),
hablar entre susurros
por si alguien me escuchara
y, pese a la evidencia,
buscarte entre mis sábanas.

La segunda muestra (un poco más lograda, en mi opinión, pero también como un par de años posterior) no es más que una 'simple' retahíla de elementos que van siendo nombrados hasta que llega el último a completar el 'círculo'.
Me la imagino recitada en un 'spot' en el que, de perfil, una serie de anónimos (de los que sólo se vería la mitad inferior del rostro), alternándose sexo y lado mostrado van nombrando uno a uno todos estos elementos (cada vez a mayor ritmo), citándose el último verso por un último sujeto (preferiblemente una mujer) enfocándose de frente en un primer plano de rostro completo. Todo un tanto pretencioso y tópico, lo sé, pero yo lanzo la idea.
A todo esto, el 'poema' se llama 'De Repente, El Silencio' (de nuevo, no me compliqué la vida al titularlo) y dice así:

Labios cortados, cenizas,
vida, pecados, jirones,
flores, asfalto, rencor,
luces fugaces, canciones,
noches, jardines, desiertos,
el soportal, desnudeces,
lluvia en los poros, piel muerta,
vuelos por cuatro paredes,
posters, tu dedo en mi boca,
sombras, botellas ajadas,
camas después de la guerra,
lenguas que claman venganza,
pasos, zumbidos, temores,
dudas, vacíos ¿tu cuerpo?,
paz de ida y vuelta, estallidos...
Y, de repente, el silencio.

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